Escritora Chilena-Ecuatoriana nacida en Quito en el año 1995. Lanza en 2015 el audio libro Jardín de flores inconclusas, La mujer en Espiral en 2022 y Mercancía en 2024 todos de publicación independiente, siendo una sencilla pero magnífica expresión de la poesía de nuestros tiempos, cuya frescura resalta como lo que podría ser una proyección de la literatura en su más alto grado.
María José Peragallo Arias es Técnico en Gestión cultural y Servicio Social, con estudios de crítica cultural, organización social, ciencias políticas, entre otras disciplinas, posee una propuesta artística dura, con elegante crudeza, versatilidad , controversia y actualidad, en donde estimula el pensamiento de los lectores trayendo a discusión la significación de la vida, la lucha de clases, la verdad, la justicia, la relaciones humanas y la libertad, discusión que crece con la referencia a su propia biografía, estado vital y el análisis permanente del estado social histórico de la realidad latina.
Su polémica vida, conducta, y visión de mundo son una invitación a la curiosidad, a la chispa, a la permanente duda y al asombro, convirtiéndola en una joven autora con un porvenir controversial e inagotable, además de brillante, en el que la poesía y la crónica serán herramientas de progreso, escándalo y utopía.
Me violó, pero pensé que yo lo había provocado y lo seguí queriendo como un padre, entonces dijeron que no me violó. Me violó, pero yo tenía un diario de vida lleno de malos hombres, entonces dijeron que no me violó. Me violó, pero seguí lavando su ropa, limpiando la casa, haciéndole de comer, entonces…
Intentar volver después de haber vuelto es la tragedia más grande de toda mujer inconclusa. ¿Volver a dónde? ¿Volver de dónde? ¿Volver para qué? ¿Volver por quién? ¿Volver cuándo? ¿Volver hasta cuándo? Mi cuerpo se ha reventado como la arcilla más suave contra el cemento más gris Sangran hasta mis huellas digitales, no hay centímetro…
Ay del pobre pueblo que gira entre ventanas falsas. Ay del pobre sueño de justicia. Ay de la ansiedad del que se escandaliza. Por qué siempre hemos sido la pequeña bisagra del “estuve a punto”: “estuve a punto de ganar el partido” “estuve a punto de ser digno” “estuve a punto de cambiar la historia”…