Empiezan hoy con pan crujiente y palta en la mesa. Cuatro años de expectativas de que se cumplan las promesas. Empiezan hoy a cocinarse pactos y poses como quien dice; la fuente, como quien dice; el grifo. Empiezan hoy las ambiciones del saber y los oponentes poniéndose de gran tamaño aquellos que fueron pequeños. Empiezan hoy las incertidumbres de la merluza y la gloria afinando la orquesta para interpretar la memoria. Empiezan hoy las lágrimas a los pies de los monumentos. Se pierden entre ellas los argumentos del cálculo y la táctica. Empiezan hoy bolígrafos junto a las metrallas. Ocultándose los momentos de los días en los que se escribe la reciente historia. Empiezan hoy los días de perfume y también de probable podredumbre juntándose las puntadas, los hilos y las harinas de todos los costales. Empiezan hoy a revolverse las llamas y las pantallas, formándose un coro de tiraje. Esperemos estos años no sean solo mil días, y también que sean cuatro y no diecisiete. Esperemos que esto sea un gobierno y no una página social. Esperemos que sean dicha popular y no un simple y corriente consejo de curso más.
